martes, 29 de noviembre de 2011

Las miradas



Hay miradas que sin duda dicen más que mil palabras y que al verlas todas juntas son como espejos del alma. Hay miradas que cuando miran son hirientes y lastiman, en cambio hay otras tan serenas que consuelan y acarician. Hay miradas insistentes, misteriosas, recurrentes y las hay indiferentes, como las de tanta gente. Hay miradas que ocultan verdades que dañan y las hay que en la diaria lucha fortalecen y acompañan. Hay miradas que perdidas entre miles de miradas andan solas por la vida en busca de otras miradas y hay miradas que cautivan por lo bellas y profundas, como tu mirada azul, que me atrapa día a día. Hay miradas que por tristes enlutan a quien las viste y hay esas miradas dulces que ennoblecen a quien las luce. Hay miradas que derriten hasta el corazón más duro e iluminan suavemente el pensamiento más oscuro. Hay miradas que perdidas entre miles de miradas andan solas por la vida en busca de otras miradas...

domingo, 13 de noviembre de 2011

La carta


Querido destino:
He perdonado errores casi imperdonables, he intentado sustituir personas insustituibles y olvidar otras inolvidables. He hecho cosas por impulso. Me he decepcionado con personas que nunca me había pensado decepcionar, pero también he decepcionado a otras. He dado abrazos para proteger a alguien del mundo. Me he reído cuando no podía, he hecho amigos eternos, he amado y he sido amada, pero también he sido rechazada, he sido amada y no he amado. He gritado y saltado de felicidad, he vivido de amor y he hecho juras eternas, me he caído muchas veces. He llorado escuchando alguna canción y también viendo fotos. He llamado a alguien sólo para escuchar su voz, me he enamorado de alguna sonrisa. He pensado que me iba a morir de tanto echar de menos y no lo he hecho. He tenido miedo a perder a alguien que creía conocer, lo he perdido y no me ha importado.
Pero de todas formas gracias, al menos aún respiro.
Firmado, un corazón roto.

martes, 1 de noviembre de 2011

El valor de las cosas



Las cosas me gustan difíciles de conseguir, y cuando las consigo pierden la mayor parte de su valor. Ya no sentía ese cosquilleo ni esa intriga cuando te miraba pero en cierto modo, te necesitaba. No puedo negar que te deseo y que me comporté como una niñata. Te deseo tanto que haría cualquier cosa porque vuelvas a mí. Pero es como quién desea que las drogas le destruyan. Tú eres mi "droga" pero no quiero quererte para que me destruyas, por eso debo olvidarte. Sé que ese deseo no es amor, simplemente atracción pero eso hace todo más difícil.