martes, 9 de noviembre de 2010

Passion 2

 
Una ardiente pasión recorre cada recodo de mi cuerpo, incontenible somete todo mi ser. Tu mirada fulgurante, amada mía, me ciega como la luz de una supernova en el firmamento antes de que mi alma sea absorbida por tus preciosos ojos. Tu melodiosa voz, cual canto de una sirena, enturbia mi razón imposibilitando cualquier fugaz pensamiento en el que tú no te muestres. Tu tierna sonrisa logra desbocar mi corazón hasta oírlo martilleando mis sienes. La brisa sopla y tu sedoso cabello navega suavemente en ella. Tu presencia desasosiega a este pobre mortal al contemplar extasiado esa belleza cuya perfección rivaliza con la de una diosa. Mi vida es un mísero presente para ti, más sin embargo te pertenece incondicionalmente.

La visión de tus esculturales curvas inunda mi cuerpo de una energía tal que puede demoler montañas. Cada pelo de mi cuerpo se endereza para poder estar más cerca de ti. Mis músculos vigorizados y tensos como los de un semental se llenan de sangre ensanchando las venas hasta el límite. La pasión tiene un sabor dulce en mi boca y mis labios se aprietan para confinarla. Mis ojos se entrecierran pues el deseo es tal que logra irritarlos. Gimes gozosamente ante mí, sabiendo que muy pronto no podrás hacerlo más, pues tus fuerzas se extinguirán por el sumo placer. Gritas mi nombre antes de quedarte afónica de satisfacción. Nos fundimos con frenesí hasta convertirnos en uno. Antes yo era tuyo, ahora soy una pequeña y humilde parte de ti.



José Ángel Gómez Fernández