Ésta es una historia real, es mi historia, y quiero compartirla con todas vosotras para que os aventuréis en esto del amor...
Le conocí a principios de septiembre. El mismo día empezamos a hablar. Teníamos los dos el mismo carácter y una personalidad casi semejante. Fue increíble como pude llegar a hablar tanto con él. Nos hicimos inseparables, hablábamos cada día y nos explicábamos nuestras cosas. Él empezó a salir con una chica y entonces fue cuando sentí lo que son los celos.
Éramos sólo amigos, pero me daba rabia que me hablara de ella. No quería aceptarlo, pero era así: él me gustaba desde hacía ya un tiempo. Le di vueltas, vueltas y más vueltas. Y pensé: ¿por qué no? Me armé de valor, y se lo dije. Le dije que le quería, que no me quería dar cuenta hasta ese día, que sólo pensaba en él, y en nada más...
Para mi sorpresa me respondió que él sentía lo mismo por mí, y que lo intentaba esconder, porque me veía imposible, aunque su chica también le gustaba. Al cabo de una semana la dejó, y al cabo de dos me dijo algo que siempre recordaré: me dijo que parecíamos tontos. Que nos queríamos des de un principio y que ninguno de los dos se atrevía a decírselo al otro. Con todo y con eso, yo era la persona a la que él más quería en ese momento, y que sólo pensaba en mí. Que solo deseaba que acabaran las semanas para verme otra vez...
Y entonces lo comprendí todo. De esta historia se puede sacar una moraleja y es la siguiente: si no vencéis el miedo del ridículo, la vergüenza de "el que dirá" y todo eso, no podréis ganar nada. Si no lo intentáis, no ganaréis. Así que armaos de valor, demostradle a la persona por la que perdéis el sueño que no paráis de pensar en ella, que sentís la necesidad de verla.
Ahora, estamos mejor que nunca. He conocido el amor. No sé si durará para siempre, si tal vez mañana mismo lo dejaremos o qué. Pero ahora siento que sin él me queda el vacío, ya que él me llena.
Enviado por la wambera Mar F. en http://www.wambie.com/
